Traqueostomía y cambio programado
- Fisiovent
- 30 abr 2022
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Actualizado: 6 sept 2022
Los cambios de traqueostomía son un procedimiento habitual en las personas que requieren esta instrumentación de la vía aérea.
Cuando nos planteamos realizar este procedimiento debemos tener en cuenta:
las complicaciones eventuales que pueden darse durante este proceso
la cantidad de operadores para realizar la maniobra (experiencia y dificultad del cambio)
las especificaciones técnicas del producto a colocar
Es recomendable que el primer cambio se realice luego de los 7 a 14 días de realizada la traqueostomía.

Estos cambios deberían pensarse cuando:
El tamaño de la cánula no es continente (evidenciándose por fuga aérea superior en caso de la persona conectada a presión positiva o aumento de secreciones bronquiales como consecuencia de caída del lago orofaringeo a la vía aérea).
El material presenta una falla que no permite un adecuado funcionamiento (rotura de algunos de sus componentes).
Hay un cambio clínico en la persona y se necesita otro tipo cánula (de mayor o menor diámetro, extralarga, con o sin balón de neumotaponamiento).
Se produce la obstrucción de la luz o por aumento de la resistencia que impida la correcta ventilación.
Se requiere pasar instrumental diagnóstico (por ejemplo, fibrobroncoscopio) necesitando un tamaño mayor de cánula
Según los fabricantes el cambio rutinario de la cánula de traqueostomía debería realizarse a los 30 días. Este plazo no está fundamentado por la literatura ya que según la evidencia y la experiencia acumulada por expertos estos tiempos pueden variar entre los 30 y 90 días.
En pediatría la frecuencia de cambio suele ser mayor. Dependiendo del equipo tratante puede variar cada 7, 14, o 21 días durante la internación o bien cada 30 días una vez dado de alta al domicilio.
Es recomendable siempre revisar la frecuencia de cambio de la cánula de traqueostomía para evaluar si no se producen complicaciones durante el proceso e individualizarla para cada persona, independientemente de los protocolos.
Fuente: Alexander C White. Respir Care 2010;55(8):1069 –1075